sábado, diciembre 4

Tácticas... ¿de guerra?

Siempre que se habla de conquistas y flirteo, alguien muy “listo” suelta la típica frase: ¡se tu mismo, es la mejor fórmula! Pero no puede haber algo más falso que dicha afirmación, ya que la conquista, por definición, requiere de tácticas, estratagemas y técnicas para vencer que en este caso es atraer a ese otro u otra que nos interesa conseguir.

Hace algunos años, diríamos sin duda que estas tácticas iban casi todas dirigidas a aconsejar a los hombres, que intentaban conseguir a esas chicas complicadas y caprichosas, cumpliendo ciertos rituales románticos y demases… pero en los tiempos que corren, creo que se ha dado vuelta la tortilla y que somos nosotras las que nos vemos obligadas a aprender nuevas técnicas para conseguir a los chicos que queremos conquistar, ya que la “naturalidad” que hemos adquirido, a los hombres, definitivamente, no les gusta o porque simplemente hasta el momento, no habíamos salido a conquistar y solo habíamos sido conquistadas.

Pero hay un problema y es que a la mayoría de ellos no les gusta que tomemos la iniciativa abiertamente, que propongamos, que organicemos. La chica un poco boba, tímida, inocente, que necesitaba ser guiada, ya no existe y nos encontramos otra vez con la eterna disyuntiva de la perdida de papeles.

La mujer moderna ya no puede quedarse quieta esperando, y va a por eso que quiere, o participa y responde cuando alguien “la pretende”. Esto ha hecho que los hombres hayan empezado a perder sus tácticas y sus “caballerosidades” poco a poco, pensando q ya no son tan necesarias, pero no han aceptado otra forma de acercamiento ni llevan muy bien nuestra participación en el proceso de conquistar/ser conquistada.

Está clarísimo que pensamos diferente, pero me da miedo que con esta pérdida de papeles, hayamos perdido la posibilidad de entendernos por completo porque yo, personalmente, estoy agotada de tener que planear cada palabra y cada acción.Estoy cansada de tener que pensar todo meticulosamente para que “los señoritos” no se ofendan, no se espanten o no se agobien… mientras ellos hacen lo que les apetece y cuando les apetece. Me cansa tener que reprimir las ganas de llamarlos porque quizá soy muy insistente, me estresa tener que jugar a la distante/interesada para que no se agobien pero tampoco se aburran. Si ellos te llaman todos los días son románticos, si yo lo llamo todos los días, lo ahogo. Siento que todo lo que haga o diga será malinterpretado y finalmente, me quedaré como en los viejos tiempos, expectante esperando a ver que hacen o que quieren para decidir que quiero o hago yo.


La conquista para nosotras se ha convertido más que en una batalla, en el acorralamiento de un animal salvaje que con cualquier movimiento salta la valla y se pierde corriendo en la pradera.

´

Siempre que se habla de conquistas y flirteo, alguien muy “listo” suelta la típica frase: ¡se tu mismo, es la mejor fórmula! Pero no puede haber algo más falso que dicha afirmación, ya que la conquista, por definición, requiere de tácticas, estratagemas y técnicas para vencer que en este caso es atraer a ese otro u otra que nos interesa conseguir.

Hace algunos años, diríamos sin duda que estas tácticas iban casi todas dirigidas a aconsejar a los hombres, que intentaban conseguir a esas chicas complicadas y caprichosas, cumpliendo ciertos rituales románticos y demases… pero en los tiempos que corren, creo que se ha dado vuelta la tortilla y que somos nosotras las que nos vemos obligadas a aprender nuevas técnicas para conseguir a los chicos que queremos conquistar, ya que la “naturalidad” que hemos adquirido, a los hombres, definitivamente, no les gusta o porque simplemente hasta el momento, no habíamos salido a conquistar y solo habíamos sido conquistadas.

Pero hay un problema y es que a la mayoría de ellos no les gusta que tomemos la iniciativa abiertamente, que propongamos, que organicemos. La chica un poco boba, tímida, inocente, que necesitaba ser guiada, ya no existe y nos encontramos otra vez con la eterna disyuntiva de la perdida de papeles.

La mujer moderna ya no puede quedarse quieta esperando, y va a por eso que quiere, o participa y responde cuando alguien “la pretende”. Esto ha hecho que los hombres hayan empezado a perder sus tácticas y sus “caballerosidades” poco a poco, pensando q ya no son tan necesarias, pero no han aceptado otra forma de acercamiento ni llevan muy bien nuestra participación en el proceso de conquistar/ser conquistada.

Está clarísimo que pensamos diferente, pero me da miedo que con esta pérdida de papeles, hayamos perdido la posibilidad de entendernos por completo porque yo, personalmente, estoy agotada de tener que planear cada palabra y cada acción.

Estoy cansada de tener que pensar todo meticulosamente para que “los señoritos” no se ofendan, no se espanten o no se agobien… mientras ellos hacen lo que les apetece y cuando les apetece. Me cansa tener que reprimir las ganas de llamarlos porque quizá soy muy insistente, me estresa tener que jugar a la distante/interesada para que no se agobien pero tampoco se aburran. Si ellos te llaman todos los días son románticos, si yo lo llamo todos los días, lo ahogo. Siento que todo lo que haga o diga será malinterpretado y finalmente, me quedaré como en los viejos tiempos, expectante esperando a ver que hacen o que quieren para decidir que quiero o hago yo.

La conquista para nosotras se ha convertido más que en una batalla, en el acorralamiento de un animal salvaje que con cualquier movimiento salta la valla y se pierde corriendo en la pradera.

Veritz