jueves, junio 9

Alguien tendrá que decer... ¡y ya sabemos quien!

Aún no he podido descubrir cuanto de esta sensación es solo cosa mia, y cuanto es real, pero siento profundamente que da igual el hombre, o el momento en que se haye la relación, siempre y digo SIEMPRE, o cede la mujer o no hay futuro... porque simplemente ellos no están dispuestos a hacerlo. El discurso moderno es, "asi soy, si te gusta bien y sino... también".

Y es que cada vez que un hombre comienza una relación, no importa lo incipiente o incierta que sea... salta su alarma de libertad... como si el único objetivo de una mujer fuera meterlos en una habitación sin ventanas y encerrarlos para siempre.
Descubrí, sinembargo, que el concepto de libertad que tiene la mayoría de los hombres, no casa con la definición universal de dicha palabra, sino que va un poco más allá. Para un hombre, la libertad no es la opción de elegir entre cierto número de posibilidades, sino tener TODAS las posibilidades posibles para poder elegir.... y lo peor es que le importa más el tener las opciones, que el elegir una.
Por lo tanto dará lo mismo si tu propones algo que les guste, no pueden decirte que si y punto, porque se sienten atrapados en una sola variable.
Escapan de las elecciones porque tienen miedo de arrepentirse quiza, sinceramente no entiendo bien porque, pero cada día son menos los capaces de comprometerse ni con la más pequeña de las elecciones. Frente a un "¿cenamos el próximo jueves?" su respuesta jamás sera, ok, me lo apunto, sino que un nose...quiza...te digo algo. Y esto no tiene que ver con que tengan más opciones a la vista, sino que simplemente no quieren cerrarse las puertas a nada, aunque si les apetezca ir a cenar.

Pero el caso es que este fenomeno de "libertad absoluta" no lo aplican a todas las situaciones, solo sucede en relación a las relaciones (valga la redundancia) con las mujeres. Porque con los amigos si planean y quedas con semanas de antelación. ¿¡Será que una cita con una chica te ata y una con los amigos no!?

La situacion libertad/hombre se reduce entonces a dos conceptos básicos:
1- necesito ser libre de pensar solo en mi: lo que se traduce en, haré en cada minuto lo que me plazca y por eso no me ataré a ninguna opción... lo que nos lleva al segundo concepto
2- que viva la improvisación: el no tener absolutamente ningun plan (a lo que a nosotras se refiere, que es lo que importa), obligan a que toda y cada una de las situaciones se presenten siempre por sorpresa e improvisadamente... lo que no tiene que resultar un desastre de por si, pero si nos mantiene en tensión, sin saber nunca a que atenernos.

¿Solución? Me temo que aun no tengo ninguna, si alguien sabe alguna, por favor que me la cuente. Yo mientras tanto intentaré adaptarme a esta metodología esperando que aparezca el hombre valiente, ese que no se deja llevar por sus miedos y es realmente libre de actuar sin restricciones.

Veritz

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