lunes, diciembre 3

Por la boca muere el pez

Esta vez... ellos no son los únicos "culpables" de este post, jajajaa, aqui, aunque parezca increible, va un mea culpa.
Y es que, tal como dice el título, por la boca muere el pez... y a mi se me queda cara de pez cada vez que se me ocurre abrir la boca frente a algún hombre.
Yo no se si serán los nervios, o mis ganas eternas de explicarme y entendernos, o simplemente una compulsión a hablar, jajaja... pero es abrir la boca y un chorro interminable de palabras sale por ella, sin que pueda detenerlo, incluso cuando se que ya ha sido suficiente, que ya hablé demasiado y que como siga hablando la voy a cagar... pues nada. Mis ideas en forma de palabras, siguen saliendo hasta dejarme sin aliento, pero llena de arrepentimientos.

Y es que esto con las amigas funciona, pero con los hombres no. Ellos no solo no dicen muchas palabras, sino que tampoco soportan escuchar muchas. Las palabras y las ideas los aturden, y nuestro rápido e intrincado devenir mental los enredan y al final, en lugar de haber aclarado los temas a discutir, los dejamos más confundidos... por lo que borran todo lo escuchado y sacan sus propias conclusiones a partir de lo que alcanzaron a retener, o simplemente vuelven a su primera idea... y ahi se quedan ¡sin solución!

Lo que más me sorprende de todo esto, es que yo siempre había creido que hablando se entendía la gente, pero parece que depende el caso.
También tenía la impresión de que los hombres decian que eramos demasiado misteriosas, que no nos entendíamos porque siempre estabamos con indirectas o misterios, y que ellos eran directos y sin tapujos... pero no es tan así. Cuando un hombre tiene una idea en su cabeza, es muy difícil sacarlo de ahi. Si él cree (por el motivo que sea) que tu quieres algo serio con él, digas lo que digas, no le sacarás esa idea de la cabeza, es más, cuanto más te expliques, más le sonará a excusa o mentira.
Y es que al final, como dice el refrán, las palabras se las lleva el viento, y una acción vale más que mil discurso. Por eso, si has hecho algo que a ellos les suena como a compromiso, da igual lo que digas.

Ellos presumen de ser directos y concisos, pero cuando les decimos algo directo y sincero, tengo la sensación de que no nos creen.
Quizás es dificil para ellos asumir a esta nueva mujer, más moderna, proactiva y práctica, un poco menos romántica y más directa, que cuando dice "te quiero ver", es solo eso, que me apetece verte y punto... que cuando toma la incitiva en proponer una cita o panorama, es solo eso, que lo pensó primero.

Pero bueno, las cosas son como son, y si queremos que funcione, deberemos asumir ciertas realidades, así que aquí va mi consejo. No hableis mucho, al final creo que no les gusta tanta sinceridad o proactividad. Pensaban que querían mujeres que se adaptaran a su sistema, pero se están dando cuenta que las diferencias son las que les atraen, que aprecian en nosotras lo que ellos no tienen (y supongo que viceversa también). Hay que ser claras pero escuetas, hablando lo justo, manteniendo el misterio pero no la confusión. No expliques el devenir de tus pensamientos, solo la conclusión.

Que asuman, entiendan e integren el nuevo modelo de pareja tomará tiempo y la mujer moderna tiene que tener paciencia y aprender a adaptarse también. Sigamos siendo sinceras y abiertas, pero poco a poco, para no marearles... hay que educarles con cariño, jejeje.

Veritz